No vamos a descubrir a estas alturas la importancia turística que encierra la provincia de Madrid, pero sí tenemos claro que bien merece la pena resaltar el encanto de algunos de sus rincones más destacados. A menos de hora y media de la capital encontramos 5 pueblos que dejan claro que Madrid es mucho más que la Gran Vía y la Plaza Mayor. A continuación, presentamos 5 lugares encantadores que ofrecen una particular gastronomía, cultura y un punto de desconexión.
Se encuentra a menos de 50 kilómetros de la ciudad de Madrid, tiene más de cinco mil habitantes y cuenta en su haber con la declaración de Conjunto Histórico desde el año 1974. El entramado de la ciudad se distribuye desde su Plaza Mayor, que data del siglo XVII y que está provista de una espectacular balconada.
Dentro de la cocina local encontramos un amplio repertorio de carnes irresistibles y platos especialmente elaborados con recetas tradicionales. Así, las mollejas, el cordero o las albondiguillas lideran el ranking de los productos más típicos.
Posiblemente uno de los pueblos más conocidos de Madrid. No en vano, la historia nos releva la importancia que tuvo durante el reinado de Felipe II, ya que este eligió Aranjuez como el lugar de residencia durante los meses de buen tiempo.
De este modo, el Palacio Real supone una visita obligada. El municipio dispone dademás de uno de los conjuntos de jardines más hermosos de España, en el que resaltan el Jardín del Príncipe, el Jardín del Parterre y el Jardín de Isabel II, todos ellos repletos de esculturas.
Los huevos rotos y los torreznos son otros de los motivos que nos acercan a Aranjuez. Se trata de una gastronomía popular que centra su esencia en elementos básicos y cuya popularidad sigue resistiendo el paso del tiempo.
Con Navalcarnero nos adentramos en el sello castellano más auténtico, así lo certifican su historia y su arquitectura, salpicada de edificios construidos en el siglo XVI. Ejemplo de ello es la empedrada Plaza de Segovia, que está llena de soportales y aloja al ayuntamiento.
Desde ahí se puede callejear por su casco histórico hasta llegar a la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que data de 1502 y que es Monumento Histórico desde 1982.
A la hora de la comida, son especialmente reconocidos como plato típico el cordero, los callos e incluso el foie de pato. Sin duda, un abanico de manjares que nos llenan de energía.
En este caso, nos centramos en un municipio que no llega a los cien habitantes. La Hiruela está enclavado en el centro de Sierra Rincón, uno de los parajes más bonitos de todo Madrid. No en vano, ostenta la declaración de Reserva de la Biosfera gracias al entorno de bosques, riachuelos y dehesas que lo configura.
Los abedules y los enebros nos dejan una estampa más propia del norte del país. Se trata de una opción imperdible cuando arrecian las ganas de perderse en plena naturaleza a base de rutas y senderismo.
Indudablemente, aquí también se como de lujo. Los revueltos de setas y las migas encabezan la lista de platos con mayor encanto del lugar.
Por su parte, Alcalá de Henares es uno de los destinos con parada obligatoria para quienes decidan viajar a la Comunidad de Madrid. Tiene más de doscientos mil habitantes, por lo que al menos caben un par de días intensos de alojamiento si la intención pasa por conocer la ciudad en profundidad.
Y esto es algo que merece la pena, ya que estamos ante una ciudad a la que la UNESCO declaró “única”, además de ser Patrimonio de la Humanidad.
La denominada Universidad Cisneriana es uno de sus enclaves emblema. Fundada en el año 1499, formó parte de los grandes centros académicos del Siglo de Oro español, ya que por ella desfilaron autores como Lope de Vega o Calderón de la Barca. La ciudad integra un recorrido histótico que está repleto de palacios y conventos del Renacimiento, donde además se encuentra la casa natal de Miguel de Cervantes. De igual modo, nos topamos con su imponente catedral, que es famosa por la cantidad de reliquias que esconde.
Para probar las célebres almendras garrapiñadas que nutren su repostería es recomendable acudir al convento de las monjas Clarisas de San Diego.
En definitiva, está claro que las oportunidades que estos cinco pueblos con encanto son capaces de ofrecer de manera conjunta satisfacen generosamente las expectativas del turismo de calidad. La apuesta que aquí se desarrolla en clave de cultura, arquitectura, historia, paisaje y gastronomía es una de las más aclamadas de España. Además, todo se concentra en un mismo espacio, visitable en cuestión de pocos días.
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