Papá Noel, luces con motivos navideños, abetos decorados, belenes, regalos, reuniones familiares… El periodo navideño está repleto de tradiciones y eventos que tenemos interiorizados, dado que se repiten años tras año.
Aunque más allá de nuestras fronteras, algunas de estas costumbres navideñas merecen una mención especial, puesto que resultan extravagantes e insólitas para la mayoría de nosotros. Y es que se trata de unas fechas con muchas particularidades que varían según cada territorio. A continuación podrás descubrir algunas de las más curiosas.
En tierras australianas la peculiaridades navideñas vienen dadas por el clima, ya que las temperaturas tienden a superar los 30 grados centígrados. Con estas condiciones meteorológicas tan cálidas en la época navideña, familiares y amigos acuden a la playa para darse un chapuzón y hacer pícnics sobre la arena.
De hecho, suelen aparecer bañistas vestidos de Santa Claus haciendo surf (Santas surfistas). Algunas playas de Sidney se convirtieron en destinos de viajeros y mochileros que hacían fiestas tan animadas que las autoridades tuvieron que implementar estrictas restricciones respecto al consumo de alcohol.
En Noruega se cree que los espíritus malignos y las brujas deambulan por el cielo en Nochebuena. Y como las escobas son el típico medio de transporte de las brujas, se ha extendido la insólita costumbre de ocultar todas las escobas en los hogares para evitar que las brujas las encuentren. Otro hábito noruego relacionado con la predicción del futuro es servir tres platos durante la cena de Nochebuena: debajo de cada uno de ellos se coloca un anillo, una moneda y una llave.
A concluir la velada, los comensales mezclan los platos y escogen uno de ellos. Si aparece el anillo, se vaticina una boda. Si aparece la llave, el año nuevo traerá una nueva casa. Y si uno de los invitados encuentra la moneda, se cree que durante el próximo año le irá muy bien en el terreno económico.
El sábado anterior a Nochebuena se celebra un singular evento en la ciudad de San Fernando, considerada la capital de las navidades filipinas. Se trata del festival de los farolillos gigantes, durante el cual varios pueblos de la zona compiten por ser los creadores del farolillo de mayores dimensiones.
Antiguamente se hacían con bambú, velas y papel de arroz, pero hoy en día se utilizan toda clase de materiales, así como electricidad, llegándose a construir artefactos de más de 7 metros de altura que impresionan a los presentes con multitud de luces y colores.
Cada 6 de diciembre los guatemaltecos celebran la Quema del Diablo. A lo largo de este día la gente enciende hogueras fuera de su casa y queman representaciones de Satanás, con la idea de repeler a los espíritus malignos, celebrando así la victoria del bien sobre el mal. Antaño la gente sacaba la basura a la calle y la quemaba. De hecho, algunos siguen haciéndolo, pero debido a las secuelas medioambientales, la mayoría opta por prender fuego a efigies con forma de demonios.
Al sur de México se halla Oaxaca, que cada 23 de diciembre celebra la noche de rábanos, un curioso festival en el que artesanos y comerciantes venden rábanos que han sido tallados minuciosamente para representar monumentos arquitectónicos, pesebres y animales, entre otras figuras. Estos rábanos «esculpidos» se comercializan como centros de mesa para la Navidad, y el autor del mejor diseño gana un premio económico.
Debido a esta curiosa tradición, la decoración navideña en Ucrania es más parecida a la de Halloween que a la propiamente dicha. Y es que los ucranianos utilizan telarañas y figuras de arañas para decorar los árboles navideños. El motivo es que las telarañas se asocian con la buena suerte debido a una antigua leyenda: una familia pobre consiguió hacer crecer un árbol de Navidad a partir de una piña. Los niños se emocionaron y deseaban decorarlo, pero la familia era tan humilde que no tenían los recursos para ello. Fue entonces cuando las arañas comenzaron a tejer telarañas de seda en el árbol, las cuales volvieron doradas y plateadas al salir los primeros rayos de sol de la mañana.
Cada 24 de diciembre muchos habitantes de Caracas se dirigen a la iglesia a primera hora de la mañana. hasta aquí todo normal, pero por una extraña y desconocida razón lo hacen patinando. Esta tradición está tan extendida que incluso cortan el tráfico en las calles, y únicamente se puede llegar hasta la iglesia en patines. Después, durante la velada de Nochebuena, los caraqueños cenan tamales, una masa de maíz rellena de carne envuelta con hojas de mazorca.
Al parecer Santa Claus también tiene una cara malvada representada por una criatura peluda y demoníaca llamada Krampus. La leyenda cuenta que, si bien Santa Claus trae regalos a los niños que se han portado bien, la tarea de Krampus es castigar a los niños más traviesos. En realidad, tan solo los asusta con su aspecto terrorífico, pero la leyenda dice que mete en un saco a los niños especialmente malos, los ata y los lleva al infierno.
Terminamos este singular repaso navideño con una de las tradiciones más hermosas que se dan durante estas festividades. En Letonia, después de la familiar cena de Nochebuena, todos los miembros de la familia se dirigen al árbol de Navidad en busca de sus regalos. Sin embargo, no solo se trata de encontrarlos y abrirlos, puesto que hay que recitar un poema por cada regalo que se obtenga. Sin duda, una bonita costumbre que tiñe de un halo de belleza y ternura a la velada.
¿Con cuál te quedas? Los hábitos y costumbres traspasan las fronteras en muchas ocasiones. Tienes la posibilidad de disfrutar de una navidades diferentes adoptando alguna de estas curiosas tradiciones, o bien, viajando al país de origen para vivirlas in situ.
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