¿Tienes 48 horas para descubrir Lisboa? ¡No te preocupes! La capital portuguesa está llena de lugares increíbles y se presta perfectamente para una visita express.
Con su mezcla de tradiciones, historia y modernidad, Lisboa es el destino ideal para un fin de semana dinámico en Europa.
Sigue nuestro itinerario para recorrer Lisboa en 2 días y no perderte ninguno de los lugares imprescindibles, Con esta escapada en Europea.
Comienza tu aventura en Lisboa subiendo a lo alto del Miradouro da Senhora do Monte, un mirador imprescindible desde el cual podrás contemplar toda la ciudad, sus colinas y el Puente 25 de Abril, frecuentemente comparado con el Golden Gate de San Francisco. Este panorama es el lugar perfecto para comenzar tu exploración de Lisboa en 48 horas.
Luego, baja hacia el barrio histórico de Alfama, el más antiguo de la ciudad. Sus callejuelas sinuosas y sus casas de colores pastel te transportarán a la Lisboa auténtica. No te pierdas la Catedral de Sé (fundada en 1147) y el famoso Castillo de São Jorge, construido en el siglo XI por los moros.
Este castillo ofrece una vista impresionante de la ciudad y del río Tajo, que bordea Lisboa. Es una parada obligatoria para captar la historia que ha dado forma a esta ciudad.
Por la tarde, dirígete a la Praça do Comércio, el centro neurálgico de Lisboa. Esta enorme plaza, reconstruida tras el devastador terremoto de 1755, está rodeada de imponentes edificios con fachadas amarillas y se abre directamente al río Tajo. Antiguamente, aquí atracaban los barcos, siendo un símbolo del apogeo del Imperio Marítimo portugués.
Termina el día explorando el Chiado, el barrio bohemio de Lisboa, donde conviven cafés literarios y tiendas de moda.
Aquí puedes degustar los pasteles de nata, esas deliciosas tartaletas de crema típicas de Portugal, en alguna de las muchas pastelerías locales.
Para este segundo día, dirígete a Belém, un barrio situado un poco fuera del centro, pero imprescindible para cualquier estancia en Lisboa.
Comienza visitando el Monasterio de los Jerónimos, una joya de la arquitectura manuelina construida en 1502. Este monumento, patrimonio mundial de la UNESCO, simboliza la edad de oro de los descubrimientos portugueses.
A continuación, haz una parada en la famosa Torre de Belém, una fortaleza que protege la entrada al puerto de Lisboa desde 1519. Es uno de los emblemas de la ciudad, representando la potencia naval de Portugal en la época de las grandes exploraciones.
A pocos pasos se encuentra el Padrão dos Descobrimentos (Monumento a los Descubrimientos), erigido en 1960 para rendir homenaje a los navegantes portugueses que exploraron el mundo.
Desde aquí, un paseo a lo largo del río Tajo ofrece una vista espectacular del agua y del Puente Vasco da Gama, el más largo de Europa.
Por la tarde, toma el famoso tranvía 28, que recorre los barrios pintorescos de Lisboa y te llevará hasta el Bairro Alto, el distrito de la vida nocturna.
Si aún tienes energía, explora sus calles animadas donde bares y restaurantes cobran vida al atardecer. Es el momento perfecto para probar la comida tradicional portuguesa o escuchar fado, ese canto melancólico que es una parte fundamental de la identidad cultural de Lisboa.
Incluso en solo 48 horas en Lisboa, puedes descubrir la esencia de la ciudad con un itinerario bien planificado.
Lisboa es una ciudad fácil de explorar a pie, pero no dudes en usar el transporte público, como los tranvías o el metro, para moverte rápidamente de un barrio a otro.
En tan solo 48 horas en Lisboa, puedes descubrir sus monumentos emblemáticos, sumergirte en su fascinante historia y disfrutar de su ambiente único.
Desde las callejuelas de Alfama hasta el moderno barrio de Belém, pasando por los miradouros (miradores) y la animada vida nocturna del Bairro Alto, Lisboa es una ciudad que mezcla tradición y modernidad de manera magistral.
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